Un grupo de autoproclamados gamers decidió “combinar su amor en la vida real por los juegos clásicos con el asombroso mundo virtual de la internet”, para poder llevar a nuestras PC’s algunos de sus juegos favoritos.
El sitio, abreviado GOG, por Good Old Games, propone la venta de videojuegos que ellos consideran clásicos, por precios bastante baratos (6U$S y 10U$S), sin DRM. Los juegos pueden bajarse, instalarse la cantidad de veces que se quiera, y jugarse aún sin conexión a Internet.
Aparte de los juegos en sí, una vez que uno compra el juego, puede tener el acceso a walkthroughs (guías), trucos, soundtracks en MP3, wallpappers y artworks en alta resolución, expansiones, add-ons, editores de mapas, etc. Es decir, la experiencia no termina sólo en el juego inicial, sino que podemos extenderla a otras esferas.
El estandarte de este emprendimiento es que los juegos actuales apestan, y nunca van a poder vencer a los clásicos (no venden abandonware, sino juegos menos viejos que ellos). Entre los juegos se pueden encontrar el MDK, primeras versiones del Fallout, el Operation FlashPoint, Toca Race Driver, etc.
Es un proyecto discutible, ya que si bien es evidente que los juegos de hoy en día no tienen la calidad, y que no envician como sí hacían otros juegos de antaño, nos podemos encontrar con algunas joyas (el Crysis por ejemplo, un juegazo, aunque una de sus contras sean los altos requerimientos y la corta duración del juego), que sumado a los gráficos que se pueden lograr hoy que antes no, hacen una verdadera linda experiencia el poder jugar juegos nuevos.
Antes yo me consideraba gamer, y he jugado muchos de esos juegos viejos y clásicos, y me he quedado horas y horas. Actualmente ya no juego mucho, porque no encuentro cosas que me llamen la atención y me atrapen (salvo raras excepciones). Todos los juegos se reiteran, y no hay ninguno que sorprenda. Me pasa sobretodo con la PS2… las horas que me he pasado jugando con juegos de PSX no puede ni compararse a las que estuve con la PS2. Simplemente no logro encontrar un juego que me dure tantas horas (y los que me atrapan, se terminan rápido).
Vía BarraPunto.