No hay duda de que uno de los hits del momento en lo que respecta a juegos sociales (es decir en Facebook) es FarmVille, teniendo quién sabe cuántos jugadores distribuidos alrededor del mudno que juegan quién sabe cuántas horas en total (aunque yo nunca lo jugué 😀 ).
La adicción que genera este juego, sumado a la facilidad de registrarse en Facebook, provocan hechos como el que les voy a relatar ahora. Un chico de 12 años logró gastar la suma de £913 (cerca de 1400U$S) en el juego, al comprar moneda virtual mediante los créditos de Facebook. Es algo que claramente no sucedió por casualidad, ya que el chico primero vació los ahorros de su propia cuenta (440U$S) y luego procedió a utilizar la tarjeta de crédito de su madre para completar el resto del monto total (unos 960U$S).
Si bien la madre sabe que la culpa es de su crío, se quejó contra Facebook y Zynga, que fueron quienes permitieron que esto ocurra. Básicamente le sorprende que una tarjeta de crédito pueda haber sido usada en una cuenta de Facebook con otro nombre, y cree que se podría mejorar la seguridad al respecto con eso.
Esta historia me hizo recordar a la chica que gastó 5.000U$S de celular, pero también a un hecho que sucedió en mi ex-trabajo (en una empresa que desarrollaba juegos para iPhone). Un día llegó una queja de un usuario, muy enojado, cuya cuenta de iTunes se quedó sin un solo dólar porque su hijo lo gastó en las microtransactions (tiendas adentro de las aplicaciones) de un juego desarrollado en mi trabajo. Llegado el caso de que se pudiera culpar a alguien que no sea el padre (por no advertirle al chico que tuviera cuidado con lo que hiciera, y cosas del estilo), claramente eso además era un problema de iTunes (que es quien maneja toda la parte de “facturación”) y no nosotros, ya que luego de utilizar una cuenta para varias acciones seguidas ya deja de solicitar el ingreso de contraseña.
En resumen, es válido echar un poco de culpa tanto a Facebook como Zynga ante la facilidad que tuvo el chico para poder hacer un gasto tan grande con una tarjeta de crédito que no le pertenecía (aunque recordemos: vivimos en un sistema capitalista; las empresas solo quieren ganar plata, así que es esperable que cosas como esta sucedan), pero para mí la totalidad de la culpa recae en la madre… Internet es un medio muy extenso, y peligroso, y no debiera ser utilizado por niños sin supervisión de sus padres. Dialogar con ellos acerca de las acciones que realizan, tener filtros de control parental, una educación vasta, etc., son puntos clave para poder evitar que estas cosas sucedan. Igual el error principal me parece que fue haber dejado la tarjeta de crédito accesible al chico…
Vía Geek.com