Mark Cutkosky, un ingeniero mecánico de la Universidad de Stanford, se encuentra en el camino para acercar levemente a cualquier humano a ser Spiderman. Utilizando como inspiración a las lagartijas (familia Gekkonidae), intenta recrear sus pies “pegajosos” en un tamaño que le permita a cualquier persona caminar por superficies verticales. Hasta ahora, ya logró hacer un robot del tamaño de una lagartija, el Stickybot, que puede realizar esta acción sin problemas. La búsqueda ahora es lograr escalarlo para que sea utilizable por un humano.
El Stickybot en estática 😀 acción
Si bien ya existe un método para poder caminar por las paredes, mediante sopapas, es lento e ineficiente. ¿Cómo hace el Gekko? La técnica que utiliza, llamada adhesión seca, se debe a que en sus pies tienen millones de pelos (de un grosor del 10% a los que tiene el humano) que luego se subdividen en capilares aún más finos llamados spatulae. Estos spatulae, que tienen un tamaño de algunos cientos de nanómetros, interactúan directamente con las moléculas de la superficie.
¿Y el ser humano? Si bien ya existe un método para poder caminar por las paredes, mediante sopapas, es lento e ineficiente. Por eso, si se utilizara la misma técnica del Gecko, esto se revertiría. El material (de consistencia similar a una goma, y con pelos de 20 micrómetros) con el cual se logra, además, es fuerte, reutilizable, y no deja ningún residuo ni provoca daños sobre las superficies. A diferencia de la sopapa, que provoca una adhesión bi-direccional (hay que hacer fuerza tanto para pegar como para despegar), el material fabricado sólo se pega cuando uno hace fuerza en una dirección; en cualquier otra, se despega sin problemas. De este modo, se requeriría poco esfuerzo para poder mantener un movimiento continuo y rápido.
Si esta tecnología llegara a masivizarse y ser de venta libre (aunque con nanotecnología involucrada me parece que será muy cara), no puedo ni siquiera imaginarme la multiplicación de hechos delictivos (como el hombre araña violador) que sufriríamos acá en Argentina. Sin dudas, sería un cambio completo de paradigma con respecto a la seguridad en los edificios.
Vía TGDaily.