Ni lento ni perezoso, Sony hizo pública hoy una actualización para la PS3 (versión 3.42) en la que se incluyen “medidas de seguridad adicionales”. Según los que la instalaron, deshabilita todas las formas posibles de jailbreakeo existentes (se cree que congelando tanto el software del jailbreak como el adaptador USB). No actualizar a la 3.42 implica quedarse sin PSN, ya que, naturalmente, es una actualización obligatoria.
Eso se suma a la medida que tomó Sony hace unas semanas en las que inició acciones legales contra PSJailbreak para que dejara de ser vendido en Australia. La medida judicial le daba a Sony control de todos los adaptadores USB, con lo cual podía fijarse cómo había sido hackeada la PS3, además de destruir si así lo quisiera el inventario.
Claramente Sony está atacando por todo flanco posible contra el Jailbreak, no queriendo que se siga diseminando. Probablemente esta batalla continúe por unos meses hasta que Sony finalmente desista y los hackers “hayan ganado” (siempre ocurre). Cuando eso ocurra, creo que la PS3 va a despegar realmente, muchísimo más de lo que fue vendida hasta ahora, y al fin y al cabo eso ayudará bastante a Sony.
Vía Electronista.
