La Universidad de Duke, la de Penn State e Intel Labs trabajaron en conjunto para analizar el funcionamiento y manejo de información que realizaban 30 aplicaciones exitosas de Android. Para lograrlo, desarrollaron una herramienta llamada TaintDroid, que buscaba instancias en que una aplicación pudiera estar enviando de manera “sospechosa” (que no coincidiera con los patrones de utilización habitual) información privada a un servidor externo.
De las 30 aplicaciones, se descubrió que cerca de la mitad enviaban a anunciantes tanto la posición dictada por el GPS como los números de teléfono del usuario (algo que no aparece detallado en las features del programa).
Todo esto aumenta el debate acerca de la laxitud de las políticas de privacidad de Google, que permite que los anunciantes y desarrolladores de aplicaciones obtengan acceso (y lo que es peor, ¡utilicen!) información personal de los usuarios sin su consentimiento ni conocimiento. Si bien uno al instalar una aplicación es advertido sobre a qué información puede acceder la misma, no está lo suficientemente detallado (y acceder es diferente a utilizar con fines comerciales). Políticas opuestas son las de Apple, que manteniendo normas más estrictas desde un principio, logra que estos casos sean detectados con mayor antelación (aunque siguen siendo posibles).
Google todavia no emitió ningún comunicado, y el estudio será presentado la semana que viene en un simposio en Vancouver. Una pena que se utilicen de este modo los datos de los usuarios sin conocmiento de los mismos, algo que debería estar claro desde un principio, y así no violar su privacidad.
Vía Electronista