Son realmente notables los estragos que causó la fotografía digital para muchísimas empresas que eran reinas de su mercado en su momento. Muchas se vieron obligadas a cambiar su estrategia para intentar sobrevivir, ofrecer cosas diferentes, pero algunas aún así tampoco lograron salvarse de los problemas.
Es por ejemplo, el caso de Kodak. Es una de las empresas que mayor gama de cámaras digitales tenía disponible en el mercado a muy buen precio, pero compañías con una trayectoria más profesional (Nikon, Canon) lograron llegar a un público más amplio, que optó por sus cámaras antes que las del tipo “point and shoot” (más allá de que ahora todos usen su smartphone con Instagram 😀 ).
La compañía lo intentó, no sólo del lado de las cámaras (donde ofreció algunas cosas interesantes, como cámaras con conexión directa a Facebook), sino también desde las impresoras: te armaban un combo completo, sacabas la foto con tu cámara Kodak y luego la imprimías, para no perder ese gusto a papel que tenía la fotografía analógica. Sin embargo, tampoco funcionó.
Habiendose ya declarado en bancarrota desde hace unos meses, Kodak anunció que, para el año próximo, dejará de ofrecer impresoras de chorro de tinta para el mercado de consumo, para dedicarse de lleno a productos de impresión comerciales (por ejemplo, esas cabinas digitalizadas que imprimen nuestras fotos al instante que podemos encontrar en shoppings, casas de fotografía y hasta algunos kioscos). La compañía espera tener pérdidas por 90 millones de U$S, fruto de este mercado en decadencia.
Esperemos que este tiempo de reestructuración que les brinda la declaración de bancarrota le sirva a la compañía para poder afrontar mejor el futuro y no quedar en la historia, porque muchos recordamos todavía los momentos Kodak (que de So Kodak nadie se acuerda :D).
Vía Engadget.
