Hace unos días les comentamos la opinión de unos analistas sobre el actual triunfo de la PS4, donde explicaban que para poder revertir la situación, la Xbox One se debería ofrecer a un menor precio, sin incluir el Kinect, y de ese modo llegar a un mayor público.
Entre toda la controversia pre-presentación de las consolas (la necesidad constante de conexión a Internet, los juegos usados, etc., todas situaciones capitalizadas enormemente por Sony), se encontraba también como uno de los factores determinantes, el precio. Claro, Sony salió como ganador diciendo que su consola era más barata, pero era una comparación un tanto injusta: la PS4 no incluía el kit de movimiento, mientras que la Xbox One sí, lo cual daba una diferencia de precios de 100U$S entre una y otra. Pero esto ya no ocurrirá más.
Microsoft tomó una decisión acertada al dejar de ofrecer únicamente la Xbox One+Kinect como modo de ofrecer su consola, y ahora venderá la Xbox One también suelta. Esto no sólo incurre en un menor gasto para los consumidores, sino que tiene también otros alcances. Uno de ellos, es que el 10% del procesamiento de la Xbox One está reservado para cosas del sistema, entre ellas el Kinect. Sin Kinect, puede haber una leve mejora de performance de la consola, algo que actualmente se está estudiando según el vicepresidente de dispositivos y estudios de Microsoft, Yusuf Mehdi.
Otra consecuencia, en mi opinión, puede estar relacionada con los juegos. Desconozco la oferta actual de Microsoft y si todos los juegos hacían uso de Kinect, pero al venderse la consola suelto tal vez muchos desarrolladores se vean menos presionados o con menor motivación a incluirla en sus juegos, provocando tal vez una merma en la cantidad de gente que decide comprar el dispositivo aparte de la consola… y sabemos lo importante que son los juegos como factor decisivo de compra para algo adicional a la consola.
Vía Ubergizmo.
