No hay mejor forma para afirmar algo que haciéndolo y la pequeña isla de Ta’u es el mejor ejemplo que encontró Solar City para demostrar su planteo energético.
SolarCity, ahora adquirida nuevamente por Tesla, marca la diferencia en esta pequeña isla que está a más de 6000km de la costa norteamericana pero que es un territorio ultramarino de los EEUU así que le sirve de prueba. La isla utilizaba generadores diesel, como la mayoría de las naciones insulares, así que un sistema totalmente solar ES una diferencia notable.
El sistema se compone de paneles solares capaces de generar 1.4 Megawatts con baterías que permiten almacenar hasta 6 megawatts, conformados por 60 Tesla Powerpacks que tardaron un año en implementar. Lo interesante es que todo este pack se carga en apenas siete horas de sol y en una isla en medio del Pacífico sobran horas para ello.
Por ende el sistema de red puede durar hasta tres días completos sin sol, tiene reserva de sobra, y los 600 habitantes de Ta’u pueden descansar tranquilos en dicha reserva.
La isla consumía a razón de 400.000 litros anuales de diésel, pero su costo no era solamente el del combustible, sino lo remoto de la isla, por lo que no era nada barato.
Obviamente es una apuesta publicitaria para demostrar el uso factible de paneles solares y packs de baterías, el costo por watt todavía es caro para ubicaciones donde hay otras fuentes energéticas más baratas pero para estas otras ubicaciones, poco a poco cobra total sentido.
Elon Musk viene afirmando que los techos solares hogareños van a costar tan baratos como un techo normal, así que habrá que ver cómo evoluciona en un mercado que tiene muchas regulaciones que intencionalmente impiden la autogeneración (véase España que cada día está peor con el tema privilegiando a las empresas).
Via SolarCity
Alta talada de árboles pegaron.
Parece una buena ida, pero se pierde mucha naturaleza para realizarlo