Esta semana Intel liberó a los reviewers con su Intel Optane que podríamos resumir en algo sencillo: una SSD para hacer rápidos los discos rígidos. Es una especie de intermediario entre un HDD común que almacena en sus 16GB/32GB las consultas más comunes y hace de interfaz entre un lento HDD y la memoria principal del sistema.
No trabaja como una unidad en sí, entonces le brinda al HDD unos tiempos de acceso similares a los de un SSD. Además los Optane son los primeros en incluir la tecnología 3D XPoint de fabricación que ubica las memorias entre las NAND y la performance de las DRAM en algunos aspectos.
Los Optane igualmente tienen un límite máximo (forzado) de transferencia, pero lo interesante de los benchmarks es cuan rápido llegan a su máximo de transferencia y cómo lo mantienen constantemente. Comparativamente con los mejores SSD (NVMe y similares) no hay grandes diferencias, pero cuando se trata de archivos pequeños y repetidos es bestial en lectura. Esta característica es la que utiliza para este tipo de escenarios donde se repiten muchos accesos a bloques pequeños de datos.
Los discos mecánicos suelen ser horribles en este tipo de lectura, el Optane intermedia y da resultados más que interesantes, a continuación unos con un WD Black de 1TB:
La latencia tiene unos 6 µs en lectura y 16 µs en escritura, y obviamente funciona más rápido en la medida que se repite la misma pasada por el mismo bloque de datos, varias veces. Tema interesante es que el Optane conserva los datos entre reboots, sólo los descarta cuando necesita el espacio para otro bloque de datos.
No es un producto para cualquiera, es para escenarios específicos pero con un costo muy accesible, USD 44 y USD 77 para los de 16GB y 32GB, van en el slot M.2 y luego de instalar el software de Intel ya desaparece como unidad y complementa el HDD. Para aquellos con mejor presupuesto es mejor siempre tener unidades grandes NVMe, pero para los que quieren mucha más capacidad es un excelente complemento para el HDD.
Via Hot Hardware