Hace unos días el gobierno de Donald Trump había baneado completamente a ZTE por sus ventas a países prohibidos, luego de negociaciones, al parecer, levantarían la medida.}
Esto implica que la empresa china debería pagar una multa de unos USD 1.000 millones que se sumarían a los 895 millones que ya habían pagado en 2017 pero además deberá poner USD 400 millones en concepto de garantía por si vuelven a meter la pata. Eso sí, la marca, al igual que Huawei, seguirá bloqueada para ventas al gobierno de EEUU por potencial espionaje.
Pero ahora varios senadores estan tratando de evitar que Trump “salve” a ZTE, esto requerirá de dos tercios de los senadores pero si logran impulsarlo Trump no podrá rescatar a la firma ni con una orden directa.
Por su parte Samsung se encuentra de cara con una multa de USD 400 millones por el uso de una patente sobre FinFET. Esto es interesante porque quien tenía la patente registrada es el Korea Advanced Institute of Science and Technology (KAIST), pero la tiene registrada en EEUU y, cuando no, un juzgado de Texas condenó a la firma coreana.
En el caso también cayeron GlobalFoundries y Qualcomm que se habían sumado a Samsung para dar pelea ya que ambas firmas fabrican con proceso FinFET pero, por el momento, han perdido ante KAIST. Otro ejemplo del sistema ridículo de patentes de EEUU y los juzgados de Texas que suelen aceptar este tipo de causas y siempre juzgar a favor de quien reclama sin considerar que, como en este caso, Samsung era co desarrollador con la unviersidad que ahora le ganó el juicio.
Por parte de Apple en Australia no le aceptaron las excusas por el infame Error 53 que bloqueó miles de teléfonos durante 2016 y la corte federal le aplicó una multa anual de 6.6 millones (ejem, nada para Apple). El error 53 bloqueaba teléfonos que habían recibido un cambio de pantalla por otra firma que no fuese Apple, algo ilegal en casi todo el mundo.
La excusa de la firma era que lo hacían para “proteger” a los usuarios, una de las típicas mentiras que utilizan para evitar que terceros puedan reparar sus productos y así forzar a los clientes a comprar uno nuevo si es que ya no estan en garantía.