Así es, el Airlander 10, el zeppelin semirígido de Hybrid Air Vehicles, quedará a un lado mientras la empresa produce vehículos de serie ya que consideran que las pruebas del prototipo fueron suficientemente satisfactorias.
El vehículo había costado unos £25 millones y tuvo un par de accidentes que se debieron más a la inexperiencia de la operación con este tipo de naves de semejante tamaño (vamos, hace como 90 años que no se hacen tan grandes!) que a problemas en sí con el diseño. En 2017 hasta se desinfló luego de un impacto.
Originalmente había sido consturido para el ejército de los EEUU como parte del programa Long Endurance Multi-intelligence Vehicle (LEMV) y en 2012 voló por primera vez pero al año siguiente el proyecto era cancelado y HAV decidió seguir por su cuenta apuntando a un mercado tanto de transporte como de turismo.
A diferencia de los dirigibles antiguos el Airlander no posee una estructura rígida sino que se basa en la presión del gas (helio) en sus tanques para darle forma a las capas de mylar y poliuretano que lo conforman. La carga útil de este vehículo asciende hasta los 14.000 kilos y una autonomía de 3900km a una velocidad de tan sólo 50km/h promedio. No está pensado para altas velocidades justamente.
La bestia de 91 metros de largo comienza entonces su producción en serie luego de la aprobación de la CAA y la EASA, las entidades que autorizan vehículos de aviación civil y seguridad en Europa. Queda por ver si realmente consiguen clientes aunque su versión turística de lujo seguramente tenga algo de aceptación entre los románticos de otra época (como yo :D)
Via BBC