En este pequeño universo de empresas privadas que hacen sus propios cohetes tenemos a la poco conocida Relativity Space que tiene un plan distinto a todas las demás: imprimir en 3D sus cohetes, desde el motor a todo el lanzador completo, y, para colmo, hacerlo de forma automatizada casi sin humanos. Esta idea general los lleva a transformar una nave que siempre consta de más de 100.000 piezas a una supersimplificada de apenas 1.000 con el 95% impreso en 3D.
Puede sonar medio delirante pero esa utopía está más cerca de concretarse ya que la US Air Force le otorgó un contrato a cinco años para que puedan operar desde el Launch Complex 16 (LC-16) de la base de la Fuerza Aérea en Cabo Cañaveral, Florida, EEUU.
Se suma a un club exclusivo formado, hasta esta semana, por United Launch Alliance, Blue Origin y SpaceX, la mayor diferencia es que todavía el Terran, su lanzador base, tiene que probarse en el mundo real. El roadmap de Relativity es un primer lanzamiento para 2020 con una carga máxima de 1300kg en órbita baja y con un costo ínfimo de apenas USD 10 millones. Tengan en cuenta que las demás empresas cobran entre 50 y 100 millones hasta 200-300 en algunos casos por lanzamiento.
Según Axios este precio le permitió asegurarse contratos de lanzamientos en unos 1.000 millones en los últimos meses, pero lo más importante es que este paso le da un poco más de credibilidad en su plan y hacia los inversores.
Via Relativity Space y CNBC