De Chromebooks y fecha de expiración

Leyendo un artículo de Arstechnica sobre un error que se dio en unas Chromebooks me volvió el recuerdo de por qué siempre digo que son una mala opción. Es una de las características que estan en el contrato mas no en la lógica del hardware.

Para aquellos que tenemos hardware desde hace más de tres décadas 😀 (mierda que estoy viejo!) sabemos que no existe tal cosa como una fecha de vencimiento pero que, en ciertas circunstancias, es imposible actualizar software a partir de cierto punto.

Un ejemplo de estos momentos es cuando uno posee una PC de 32 bits “retro” y los sistemas operativos modernos dejaron de brindarle soporte hace ya un buen tiempo. Es lógico, dar soporte para un sistema tan limitado no tiene sentido, así que mi vieja EEE PC, que todavía funciona, se quedará con un Debian más o menos viejo hasta el fin de los tiempos.

Pero ¿Qué sucede cuando la fecha está puesta como un dato fijo e inamovible? Así como una lata de conservas tiene su fecha y no es recomendable comerla, las Chromebooks tienen, bajo el programa de Google, unos cinco años, ahora extendidos a seis y medio, para vivir.

A partir de ese tiempo un cartel aparecerá y avisará al usuario que, básicamente, no importa si su equipo funciona a la perfección para lo que fue inventado: no recibirá actualizaciones porque existe esa fecha de expiración.

El hardware puede ser el mismo, ChromeOS funcionar perfectamente bien allí, pero ese entorno no recibirá jamás actualizaciones.

Esto, que ya hemos aprendido bien con Apple y el iOS y la misma Google y todas sus socias con Android, poco a poco va invadiendo el mercado más liberal de todos: el de la PC.

Apple lo hace con las Macs, pero eso siempre quedó del lado de dicha empresa, más allá del debate 32/64 bits hace poco empezó Intel a hacer lo mismo junto a Microsoft, ponerle un límite de a qué procesador le dan soporte para, por ejemplo, Windows 10. Si tenés un CPU viejo no te van a dar soporte ni funcionará sencillamente porque no quieren hacerlo. No porque exista una razón técnica para hacerlo.

Las Chromebooks son iguales, son equipos que no te pertenecen, le pertenecen a Google, así como ningún equipo Android es realmente tuyo, el software gobierna y el software tiene fecha límite.

Como equipos estudiantiles las Chromebooks  son atractivas pero para mi, y esto lo digo a título personal, son el vehículo para poseer el control desde el comienzo y quitarle a las generaciones futura real control sobre su hardware/software, pero, principalmente, para vender más equipos artificialmente.

Es una economía de escalas, no sirve vender algo que dure, esto se aplica en todo CPU a partir de 1GHz, sólo ha sido justificable una actualización gracias al video. Los codecs son la mayor razón lógica para pasarse a una generación más nueva, el resto es mentira. El 99% de los usuarios no necesitan más de 1GHz, ni más de dos núcleos, pero ¿Cómo se vendería nuevo hardware si no expira el anterior? Bueno, ese  es el verdadero problema.

Las distribuciones de Linux demostraron que no era para nada imposible brindar soporte para múltiples plataformas y hardware diverso, pero el costo debe reducirse y, siguiendo el ejemplo de Apple, el límite debe ser impuesto. Así es como funciona.

Si quieren regalarle una PC a alguien y pretenden que dure, una vieja PC funcionará. Ahora bien, este escenario cada vez se vuelve más raro en el mundo donde se suele descartar el hardware viejo mucho más rápido que por nuestras latitudes, nosotros somos meros expectadores de una tendencia inevitable.