Ayer domingo, luego de atrasar un día por mal tiempo, SpaceX lanzó desde Cabo Cañaveral el lanzador Falcon 9 con la Crew Dragon para una prueba crucial: verificar si la misma podía disparar sus motores Draco y escapar de una emergencia en pleno Max Q.
Entender esto es sencillo, Max Q es el momento en que un cohete experimenta mayor presión aerodinámica, la velocidad, el aire, es básicamente el peor momento de un lanzamiento. Si se diera una emergencia en este momento ¿Sobrevivirían los astronautas? Pues bien, la prueba consistió en emular estas circunstancias en la vida real y funcionó perfectamente bien.
La cápsula se eyectó disparando sus motores Draco y se alejó una gran distancia del Falcon 9 para luego descender con sus cuatro paracaídas.
El lanzador Falcon 9 resistió durante unos pocos segundos la presión pero, como se esperaba, viajar a más de la velocidad del sonido en una atmósfera todavía relativemente densa desencadenó en fuerzas aerodinámicas demasiado fuertes y la desintegración de éste que colapsó y estalló. La segunda etapa cayó un poco más entera pero todo esto era esperado.
Para el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, el test fue “otro hito impresionante” y que hasta el test fue más suave de lo que se necesitaba según la agencia, para Elon Musk todo “salió tan bien como podríamos esperar”, ambos estaban exultantes en la conferencia de prensa.
Para Musk la Crew Dragon estará lista para finales de Marzo para realizar un vuelo tripulado, ahora dependerá de la NASA evaluar cuándo será la fecha que, se estima, llegará recién para la segunda mitad del año, dependiendo del apuro que tenga Bridenstine.
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— Jordan Miller (@jdmillerphoto) January 19, 2020