El gigante japonés supo producir de los mejores equipos del segmento, las Toshiba eran reconocidas por su calidad como todo producto japonés, pero ya hace tiempo que nadie las mencionaba siquiera y ahora, al fin y al cabo, ha dejado de existir como marca de notebooks.
La industria de las PCs derivó en China por sus precios y competitividad y obviamente existen marcas por fuera de ese país pero todas terminan fabricando allí. Toshiba terminó de vender su último porcentaje, el 19.9% de la unidad de negocios a Sharp, lo último que tenía era la línea Dynabook que pasa a su rival.
Pero no sólo sale Toshiba del negocio de notebooks sino de las PCs en general, algo que venía haciendo desde 2018 cuando le había vendido el otro 80.1% a Sharp, poniéndole fin a 35 años de historia.
Su primer equipo portátil fue la T1100 de 1985, que tiene el honor de ser considerada la primera laptop mainstream, y el formato se mantuvo hasta las Powerbook de 1991 cuando volvieron a cambiar por una tapa-pantalla completa. Las Satellite, Protégé, Qosmio, líneas excelentes que quedarán en el olvido.
Toshiba es una marca que está sufriendo el camino de muchas japonesas de haberse dormido en los laureles y no haber podido levantarse de algunos errores. La innovación es algo que ya no ocurre tan seguido en Japón. El fracaso del HD DVD es un ejemplo de esos golpes pero tampoco ayudó que la marca perdiera contra Lenovo en el segmento de ultraportables o que el negocio de las PCs en general se haya reducido. Apple, Dell, enovo, todas le han ido robando mercado y no supieron reinventarse, algo que también vemos en Sony en todo lo que fue PC (ya vendida) y también celulares.
Esto no significa el fin de la compañía porque tiene otras áreas donde todavía tiene mucho mercado, sea almacenamiento o impresión, pero difícilmente la volvamos a ver en la computación personal.
Una verdadera lástima. Veo que la informática sigue los pasos de lo que antes ocurrio con los televisores y equipos de audio: donde antes habia un segmento “medio” y “medio-alto” de calidad (y precio), con multitud oferta, ahora se esta llendo a un mercado donde solo existen dos extremos:
Por un lado, un segmento de ultra alta calidad (y con precios imposibles de pagar para la gente promedio). Y el otro extremo, con productos que en realidad son “marcas blancas” fabricados en realidad con los mismos componentes, de poca a nula calidad, pesima terminación e inexistente durabilidad.