Lo venían promoviendo, invirtiendo dinero, pero la realidad es que proyectos como Starlink son mucho más eficientes que la idea detrás de Loon.
El proyecto Loon planteaba llevar internet a zonas de catástrofe, rurales o simplemente pobres con globos estratosféricos. No era mala idea, pero los satélites a baja altura en constelación fueron el tiro de gracia para esta idea.
Cuando el proyecto fue pensado no existía la posibilidad de lanzar satélites a bajo coste ni la recuperación de lanzadores, algo que abarató notablemente los costos y justo el punto donde Loon no pudo bajar su presupuesto: los globos son caros.
La idea empezó en 2013 y se extenduó mucho tiempo, Google luego creó Alphabet como empresa matriz y Loon pasó a su órbita (en el fondo sigue siendo Google, así que entra en la lista de cosas que mató Google).
Aun con varios acuerdos y clientes, hace poco anunciaban a Kenia como su primer contrato, no pudieron encontrar la forma de abaratarlo en el largo plazo. Al fin y al cabo todo globo estratosférico depende de las reservas de Helio y éste no es un gas que puedas producir, lo que hay poco a poco se está agotando. No tiene sentido seguir invirtiendo en un proyecto muerto.
Su último éxito había sido mantenerse 312 días en el aire, un excelente récord, sin dudas, pero inútil contrastado con los años que sobrevive cualquier satélite. Al fin y al cabo no es el único negocio en el que Google fracasó al entrar con su mentalidad, los autos autónomos dejaron a Waymo muy por detrás de la competencia, nunca tienen un foco y jamás se concentran en entregar un producto, esa falta de visión está haciendo ver a Google como un dinosaurio más que como una empresa innovadora.