Allá en el tiempo Google empezó a combinar Android con JAVA pero, para tratar de evitar tener que pagarle a Oracle, creó su propio intérprete e reimplementó las APIs (interfaces de programación de aplicaciones). A Oracle no le gustó para nada perder la posibilidad de cobrar licencias y demandó.
Esta pelea legal empezó a mediados de la década del 2000 y recién ahora llega a su fin ya que es la Corte Suprema la que se expidió sobre el asunto.
Re implementar interfaces no viola el copyright.
Si uno toma una API y la escribe desde cero para que emule su comportamiento no viola las leyes existentes, y esto tiene implicancias enormes para toda la industria del software ya que si se sostenía el fallo de instancia inferior a favor de Oracle iba a afectar a prácticamente TODO desarrollo y framework existente.
Google basó Android en JAVA para poder acelerar el desarrollo de sus aplicaciones sumando a todo developer de Java entre sus potenciales filas, pero cada método de API fue reimplementado copiando desde los nombres hasta alos tipos de argumentos, clases y estructura de jerarquías, por eso Sun, primero, y Oracle después, demandaron.
El camino fue tortuoso para Google porque dos veces tuvo fallos a favor y dos veces el circuito Federal de apelaciones se lo revocó, por eso terminó llegando a la Corte Suprema el año pasado. El fallo fue en mayoría explicitando que copiar las llamadas a la API de Java es totalmente factible bajo la doctrina de “fair use” con lo que abre la puerta a cualquier uso similar gracias al fallo y no metiéndose en la discusión de si una API puede o no tener copyright, es un “y qué importa?” directo.