Creo que ya todos sabemos que los discos rígidos tradicionales sólo sirven para almacenamiento masivo pero para unidad principal sólo conviene una SSD. Pues bien, en este formato Intel tiene su línea Optane que son, básicamente, memorias entregando información varios órdenes de magnitud más rápido.
En este sentido los 7Gbps parecen ser el techo aunque la Optane P5800X lo extiende un poco más usando al máximo la capacidad del PCIe 4.0, hasta 7.4GB/s una barbaridad por cierto en memorias NAND que no es barato pero te puede dar un nivel de transferencias más allá de lo que hay en el mercado.
No sólo eso: Intel también ofrece unas 100 veces más de escrituras, un salto cualitativo impresionante, latencias a nivel de nanosegundos y su propio controlador nativo de PCIe Gen 4×4 que es lo que, al fin y al cabo, permite entregar esas velocidades en una SSD. Para todo esto también tiene su propio driver NVMe para no depender del básico que trae Windows 10 y poder extraer mejor rendimiento.
La unidad requiere un port U.2 (2.5″ y 15mm de grosor), viene en tamaños de 400GB, 800GB y 1.6TB, 5 años de garantía y un precio alto, el de 800GB cuesta unos USD 2000!!
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