Creo que pocas veces vi algo tan estúpido como lo que han hecho los rusos esta semana, pero ESTÚPIDO en mayúsculas. Rusia destruyó un satélite para hacer una prueba de un misil antisatélites y generó una lluvia de fragmentos que pusieron en riesgo a la ISS y hasta a sus propios cosmonautas.
Cada 90 minutos la órbita de la Estación Espacial Internacional se cruzó con un campo minado de fragmentos del satélite Kosmos 1408 que fue destruido por Rusia hace una semana provocando un alto riesgo de un síndrome de Kessler.
El misil ASAT (Anti Satélite) es una idea de la Guerra Fría que ya varios países probaron en órbita pero que tiene un daño colateral enorme: crea un campo flotante y a alta velocidad de fragmentos del satélite destruido. Si hay muchos fragmentos éstos pueden afectar a otros satélites y así crear una cubierta de proyectiles que impidiese orbitar la Tierra y hasta abandonarla. Un peligro innecesario.
Este tipo de misiles había quedado en el olvido hasta que China volvió a revivir la idea en 2007 y hubo como una especie de carrera armamentística en este sentido, hasta India creó el propio y lo probó en 2019 con muchas críticas por, justamente, los escombros.
Rusia creó un nuevo misil que probó entre 2014 y 2015, el Nudol, pero recién ahora lo prueban contra un satélite real en órbita. Para hacer la prueba interceptaron uno en desuso, el Kosmos 1408 que era un satélite Tselina-D de inteligencia lanzado en 1982, con una masa de 2000Kg y que operaba originalmente en una órbita de unos 630km. En la actualidad se encontraba en una de 472km por 498km en una inclinación de 82.6 grados.
En un día normal el Kosmos 1408 jamás hubiese pasado demasiado cerca de la ISS pero al romperse en 1500 pequeños fragmentos éstos cambiaron levemente su órbita y se acercaron peligrosamente a la de la estación.
Esto provocó una alarma que obligó a los astronautas actualmente en la estación a tomar refugio en sus respectivas cápsulas Dragon y Soyuz. Así cada 93 minutos y durante 6 minutos que era el tiempo en que duraba el paso de los fragmentos.
Si bien el espacio es MUY grande y estos fragmentos pasan casi sin chocar nada en toda su existencia la realidad es que, a veces, pueden impactar y ese fue el caso del Iridium 33 cuando fue impactado por un viejo satélite soviético. O a comienzos de este año cuando una etapa superior de un cohete Zenit dio con el satélite chino Yunhai 1-02 destruyéndolo.
Si, es raro, pero las colisiones ocurren y cuantas más de éstas más fragmentos quedarán flotando poniendo en riesgo a todos los demás satélites. En épocas de constelaciones satelitales el riesgo aumenta notablemente.