Ya se que los críticos dirán que la Starship no alcanzó su objetivo porque explotar no es precisamente lo que uno busca con un cohete, pero el lanzamiento de hoy de SpaceX ha marcado historia.
El Booster 7, con 33 motores Raptor 2, logró despejar la plataforma de lanzamiento y superar Max Q, el punto de mayor presión atmosférica que sufre un cohete durante el despegue, así que la primera parte del problema estaba resuelto.
Lo que no tenía listo SpaceX era el sistema de supresión de choque con los famosos chorros de agua, esto, al parecer, puede haber sido la razón por la que no todos los motores Raptor 2 soportaron el despegue y ya desde el comienzo varios se apagaron.
El impacto de uno o dos motores sin funcionar es menor pero cuando ya fueron siete se notaba tanto en la velocidad como en la orientación del vuelo hasta que el lanzador perdió el control y empezó a rotar, faltaba poco para la separación de etapas, pero no alcanzó a hacerlo.
Luego de varios spins que, vaya uno a saber por qué gloria no se rompió todo, ni siquiera se separaron y la Starship S24 no pudo desacoplarse del Booster 7 para terminar en una bola de fuego (posiblemente del sistema de terminación de vuelo que no es más que un explosivo para estos casos).
Lamentablemente la idea original de aterrizar el booster en el Golfo de Mexico y la Starship sobre las aguas cercanas a Hawaii no pudo ser, pero superar Max Q no es poco hito.