Google tiene una extraña y permanente idea: cerrar internet y hacerla imposible, destruir la red ¿Por qué? Será por dominación, control, negocios o lo que fuere, pero las propuestas de estándares que hace ultimamente sólo buscan una cosa: cerrar la puerta con llave y ser ellos los carceleros. Incomprensible ¿O no?
Pues la última novedad, luego de una larga serie de intentos fracasados, se llama “Web Integrity API”, una propuesta que busca implementar una especie de DRM para sitios web, se podría explicar así:
Un usuario quiere entrar a ver su sitio favorito como Tecnogeek.com, el pedido de la url pasa primero por una entidad que valida si ese usuario es “válido”, un score, un puntaje que te habilita (o no) a entrar, el sitio web recibe esa validación de la entidad y, si confía en ésta, autoriza al usuario y le envía el contenido.
¿Quién en su sano juicio querría dejar afuera a su propio público? ¿Por qué debería uno creer en una entidad censora? Obviamente Google tiene una intencionalidad oculta en esta supuesta validación… publicidad.
Cuando uno tiene un browser con un adblocker Google pierde dinero. Por eso arruinaron casi toda posibilidad de un adblocker en Chrome, pero aun así, con browsers alternativos, es posible hacerlo. Google entonces piensa ¿Y si consideramos a los que usan adblock como agentes peligrosos? Esto es pasarle la posta de carcelero al mismo sitio web, que éste se suicide aniquilando visitantes, como si el modelo publicitario fuese el único método de monetización de un medio.
Esta locura puede disfrazarse bajo el manto de la enorme cantidad de spam, contenido basura y spiders de todo tipo, pero el negocio de Google no es hacer la web un lugar mejor sino poder trackear usuarios para poder así servirle más publicidad, el verdadero negocio de Google.
No han tenido pudor en intentar crear decenas de sistemas de tracking “buenos”, matando a la Cookie para reemplazarla con algo mucho peor pero muy bien maquillado, pero el mercado, al parecer, no sólo desconfía, sino que ya conoce las verdaderas motivaciones del gigante publicitario.
Google toma la inspiración de sistemas operativos móviles, del App Attest de Apple y el Play Integrity API de Android, pensados para saber si el teléfono está “rooteado” o no, algo que ellos detestan (aunque debería ser libre) porque les quita control y permite a usuarios evitar, justamente, la publicidad forzada. En el caso de Android te deja afuera de apps como Google Wallet y en ese contexto tiene más sentido ya que un teléfono rooteado es más “hackeable”, ahora Google quiere lo mismo para la Web…
Esta es la visión que tienen, para ellos Internet no es libre, es de ellos. Por eso sus ingenieros no ven ningún problema ante la idea de cerrar y limitar lo que un usuario cualquiera pueda hacer. Para ellos es normal. Son carceleros.
En el fondo el mecanismo propuesto funciona como un sistema de DRM, el sitio web no te dará el contenido si no pasas una serie de pruebas que harán con tu browser, el sitio confiará en la entidad que valide esto, y si se equivoca o no le gusta tu cara, te dejarán afuera.
Google empezó a preocuparse por los AdBlockers y con Manifest V3 busca eliminar su funcionalidad de Chrome, ahora con Web Integrity API directamente busca atacar toda posibilidad de browser alternativo aunque abiertamente diga que no busca eso. Es que la idea de ellos es que los demás se “sumarán”, algo que Firefox ni loco haría, Brave tampoco y dudo mucho que Microsoft le haga eso a Bing, nadie quiere que Google tenga el control de la web y decida por ésta. Google no es Internet, Internet no es Google.
Con suerte, y suficiente protesta y oposición, esta “propuesta” muera como el 90% de los productos de Google.
Las críticas en el github del proyecto son fantásticas, además de violar leyes en muchos países y la Unión Europea, algo imposible de aplicar.