Por tercera vez, una tripulación totalmente privada se dirige a la Estación Espacial Internacional (ISS). El equipo de cuatro hombres despegó desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, iniciando una misión de dos semanas gestionada por Axiom Space. Esta compañía de Houston está llevando a cabo misiones de astronautas privados a la ISS como un paso hacia la construcción de una estación espacial completamente comercial en órbita baja terrestre para finales de esta década.
La misión Ax-3 de Axiom, lanzada a las 4:49 p.m. EST del jueves, incluye al comandante Michael López-Alegría, un veterano astronauta y piloto naval de origen español. A sus 65 años, esta es su sexta misión al espacio, la primera desde que se retiró de la NASA en 2012. También se unen a la misión el coronel italiano Walter Villadei, el primer astronauta turco Alper Gezeravcı y el piloto de pruebas sueco Marcus Wandt.
Villadei, Gezeravcı y Wandt vuelan a la ISS a través de contratos entre sus gobiernos y Axiom, realizando experimentos científicos y participando en eventos educativos y de divulgación desde la órbita. Más de 30 investigaciones científicas acompañan la misión Ax-3, que incluyen experimentos en biología, fisiología, tecnología y ciencias de la Tierra.
La ESA (Agencia Espacial Europea) también participa en este tipo de misiones comerciales, siendo Wandt el primer astronauta de la agencia en volar al espacio con una compañía comercial en lugar de a través de un acuerdo intergubernamental. La ESA ha seleccionado varios astronautas, incluidos reservas, para aprovechar oportunidades comerciales como esta.
Axiom Space, que no publicita los precios de los asientos para sus misiones a la ISS, ve en los astronautas respaldados por gobiernos un mercado lucrativo. Estas misiones también cuentan con el apoyo de la NASA, que desde 2019 ha abierto la ISS a visitantes privados en misiones totalmente comerciales. Este enfoque forma parte de la estrategia de la NASA para fomentar un mercado comercial para los vuelos espaciales humanos en órbita baja terrestre, con miras a eventualmente construir una estación espacial privada que reemplace a la ISS después de su retiro planeado en 2030.