Los procesadores AMD AI 300 tienen una nueva opción para mejorar la performance en juegos, es tomar la RAM normal del equipo y derivarla para RAM de video.
Como el SoC incorpora el GPU y la memoria RAM, de esos 32GB se pueden pasar algunos a memoria de video que, originalmente, apenas tiene 512Mb (la nada misma), así por ejemplo podemos pasar 8GB para jugar y quedarán 24GB de RAM de los 32GB originales.
¿Mejora mucho? Pues no tanto, depende mucho de cada juego, algunos juegos requieren, como mínimo 4-6GB de VRAM por lo que eso ya los hace jugables en un procesador que sólo estaba pensado para movilidad y bajo consumo, además de AI, pero casi nada de gaming.
El “Strix Point”, el procesador, tiene sus limitaciones en jugabilidad, con esto habilita un poco más de espacio para texturas, pero no es una memoria tan rápida como una VRAM así que la experiencia es mixta en los primeros benchmarks que se ven.
En The Verge realizaron un pequeño test en una Asus Zenbook S 16, el resultado es bastante variable y, en algunos juegos, no hay diferencia alguna, en otros juegos se logra hasta un 20% más de velocidad.
El modo “Variable Graphics Memory”, según AMD, ofrecerá cada vez mejores ventajas, el tema es que no todo juego le sacará provecho, otra función que suman para estos procesadores es el “Fluid Motion Frames 2 ” que básicamente predice frames para renderizarlos con anticipación, en teoría la combinación del VGM con el AFMF2 debería brindar una experiencia más “jugable” en una notebook que no fue pesada para ello.
Via AMD
