Este pasado 5 de Diciembre de 2018 se lanzó la misión CRS-16 para reabastecimiento de la Estación Espacial Internacional con la cápsula Dragon Cargo de SpaceX.
El booster Falcon 9 llevó a la segunda etapa y la carga a su altura predeterminada sin problemas y durante el regreso, en la maniobra atmosférica para aterrizar en tierra, una de las aletas de control quedó trabada en una posición que forzó al Falcon 9 a girar casi descontroladamente.
Esto impidió que llegara al punto de encuentro establecido pero el sistema de control automático logró mantener, de alguna forma, la estabilidad y ajustar la posición hasta aterrizar verticalmente… en el agua!
Por suerte no se rompió del todo aunque sí quedó de costado pero flotando, según Elon Musk es recuperable.
no dejan de sorprenderme esta gente, como logró estabilizarse a pesar de ese fallo, pensar que tranquilamente pudo haber aterrorizado.