Como era de esperar tenía que salir la segunda versión del Razr y ya llegó, empezó a distribuirse en Septiembre a nivel global y esta versión trae las mejoras típicas de una generación mejorada, mejor visagra, mejores pantallas y funcionalidad en la pantalla externa.
Mucho sale de las críticas que tuvo el primer modelo, que fueron muchas, y es lógico, lo mismo sucedió con Samsung y otras marcas y sus pantallas flexibles, los flex tienen sus dramas pero, además de caros, son muy interesantes porque son el primer formato “diferente” luego de años del aburrimiento de los ladrillos típicos.
Este modelo incorpora 5G gracias al Snapdragon 765G, lo que lo pone a altura, sigue siendo un SoC no de máxima potencia sino una escala inferior porque es muy pequeño y debe ahorrar en algo. El almacenamiento es enorme, 256GB y 8GB de RAM acompañan. El sensor principal de cámara es de 48MP, y el de selfies es de 20MP.
La batería es de 2800mAh con carga a 18 Watts, cuerpo de aluminio y vidrio y las pantallas de P-OLED son de 6.2″ (2142×876) y la normal, no flexible, G-OLED de 2.7″ a 800×600 amplía sus funcionalidades y permite no tener que estar abriendo el teléfono a cada rato. Según la firma el sistema anda perfecto durante 200.000 aperturas, que serían cinco años de uso constante, habrá que ver cómo responde el público que es el feedback más fuerte que tienen.
Estará disponible a unos $149.999 con 12 cuotas sin interés en la tienda oficial y el modelo de color gris solamente.
