Tiembla el mercado de los smartphones… y ojo con los otros también. Desde hace meses se viene experimentando una baja producción de chips a nivel mundial. En TecnoGeek ya hemos hablado escrito sobre ello:
De qué se trata la baja de producción de chips que afecta a toda la industria
Y la cuestión parece que está lejos de acabar. Según una nota del medio DigiTimes (vía Tom’s Hardware) el mayor fabricante de semiconductores que hay en la actualidad, Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC), avisa que aumentará los precios de prácticamente todas las tecnologías de proceso avanzadas.
TSMC aumenta sus precios ante la alta demanda y poca oferta
Lo dicho anteriormente signifca que el costo de los CPU, GPU, SoC y controladores que salgan de esta compañía subirá. TSMC provee a diversas empresas, como Qualcomm, Apple, Nvidia y AMD; por mencionar unos ejemplos.
Según lo adelantado, TSMC elevará el precio del procesamiento de obleas bajo sus procesos de fabricación en 7 nanómetros o inferiores hasta en un 10%. En cambio, los chips de 16 nanómetros y superiores subirán hasta el 20% para aquellos pedidos que se hagan desde diciembre de 2021.
El aumento en costo viene como causalidad de la alta demanda en componentes que se produce desde la irrupción del COVID-19. Y encima, al haberse producido cierres/confinamientos y atrasos, la producción y oferta bajaron.
Según estimaciones, en consecuencia de ello, TSMC obtendría ingresos adicionales durante el primer trimestre de 2022 de más de USD 600 millones. Para el cierre del segundo trimestre del año que viene esa cifra representaría un ingreso extra de mil millones de dólares estadounidenses.
No sólo los smartphones…
TSMC no es la única empresa de su rubro que ejecuta(rá) esta decisión. Otras de su par como GlobalFoundries, Powerchip Semiconductor Manufacturing (PSMC), Semiconductor Manufacturing International (SMIC) y United Microelectronics (UMC) ya han aumentado los precios de producción de chips. Por lo tanto, aquí se corre doble riesgo.
Por un lado, la probabilidad de que otros fabricantes se sumen a esta maniobra. Y por el otro, que la repercusión se expanda más allá del sector mobile. En otras palabras, no solamente los smartphones convergerían como artefactos de consumo final que incrementarían sus costos, también pueden entrar computadoras, automóviles, smartwaches, tablets y cualquier otro producto tecnológico.
Los semiconductores y su proceso de fabricación en obleas son la base de su conformación. No obstante, esto no significa una correlación exacta entre el precio de un producto como tal (un móvil como un todo) con respecto a lo que acontece a los chips (un componente).
La última arista intrigante queda en saber cómo afectarán estos aumentos en el valor de los productos comerciales en sí. Es decir, puede que haya marcas que decidan absorver estos incrementos por sus cuentas… o sino ellos también subirán sus precios.
A modo de ejemplo: se estima que los próximos iPhone a anunciarse este año — quizás iPhone 13, o cómo se llamen — podrían costar más caros que sus antecesores. Si una organización de la envergadura de Apple ‘compensa’ esa suba en sus costos a expensas de los clientes, ¿qué queda para el resto de jugadores de la industria tecnológica?