Hace una semana empezó a surgir una discusión en el medio oriente entre RIM, empresa que fabrica el Blackberry, y los Emiratos Árabes Unidos. El problema es que los países de la zona están acostumbrados, por cuestiones de seguridad, a tener que revisar mensajes de texto, emails, etc., que se manden y reciban en su territorio. Y acá es donde entra la discordia con Blackberry.
Quien se acuerde de la campaña de Obama, recordará también, tal vez, que se hizo muy famosa su actitud de estar siempre pendiente de su Blackberry. Una vez que asumió como presidente, diversas agencias de seguridad le quisieron obligar recomendaron que dejara de usar el celular, ya que podía representar una potencial falla de seguridad (y futuro desastre para el gobierno). Sin embargo, el ahora presidente de USA se negó y logró, finalmente, utilizar una Blackberry levemente modificada, más segura. Por mayor cantidad de modificaciones que dicha Blackberry pueda tener, probablemente si la original no fuera segura, la descendiente tampoco lo hubiera sido.
Y esa seguridad es lo que molesta a los Emiratos Árabes Unidos, pues no les permite controlar las comunicaciones (que se transmiten con un alto nivel de encripción a través de los servidores propios de RIM) y por lo que hace unos días impusieron a Blackberry un ban, aunque ya llegaron a un acuerdo (RIM, desgraciadamente, les entregó un código que les permite monitorear lo que ocurra en el Blackberry Messenger). Y, aparentemente, en India está por ocurrir lo mismo. El gobierno de India propuso la misma queja que Emiratos Árabes Unidos, y con un ultimátum: compartir los detalles de la encripción, o los servicios serán banneados.
Entonces habrá que preguntarse si esta tendencia vista primero en estos países terminará siendo algo global (que me temo, todo perfila hacia ese camino), y si RIM perderá su credibilidad la empresa que provee una de las soluciones más seguras en cuanto a telefonía móvil.
Vía Ubergizmo.
