Constantemente mencionamos aquí el tema de los bootloaders de los teléfonos Android y las posiciones de las diferentes compañías. En los últimos dos meses, Sony y HTC se pronunciaron a favor de tener bootloaders desbloqueados en sus teléfonos, para facilitar así el trabajo de la comunidad Android a la hora de desarrollar firmwares personalizados.
Desde el punto de vista del usuario, un bootloader desbloqueado es una gran ventaja ya que permite al dueño del teléfono, entre otras cosas, instalar un sistema operativo que no esté firmado por el fabricante, pudiendo entonces tener mayor libertad con el teléfono (de la que tanto hacen gala con Android pero no siempre es practicable). Esto puede redundar en un mejor rendimiento del teléfono, pro ejemplo.
Desde el punto de vista de la empresa, esto es una buena noticia ya que, lamentablemente, les da mayor libertad a la hora de entregar un software con fallas o que enlentezca el teléfono 😀 , ya quela comunidad se encargaría, finalmente, de arreglarlo.
Ayer, Samsung pudo dejar más en claro de qué lado está: le envió a AtinM, desarrollador de CyanogenMod (la ROM más famosa de Android) su último teléfono insignia, el Galaxy S II. De esta forma, AtinM se ganó un teléfono 😀 , y Samsung se asegura que el software esté, eventualmente, corriendo en él, volviendo entonces muy felices a todos los que tengan dicho teléfono también.
Vía Phandroid (¡gracias Florencia!)
